Un empate increíble

El encuentro arrancó torcido: A los 10 minutos la fragilidad defensiva del equipo, que viene siendo una constante, hizo acto de presencia luego de un pelotazo a la espalda de Joaquín Laso que Santiago Pierotti capitalizó con un zurdazo abajo que dejó sin respuesta a Rodrigo Rey y disparó los murmullos de la gente.

El "Rojo" fue como pudo a buscar el empate. Baltasar Barcia fue de los puntos altos del equipo, haciendo estragos por la derecha, pero no mostró mucho más. Hasta que en el minuto 20 el árbitro Nicolás Lamolina cobró un penal sobre Luciano Gómez que Martín Cauteruccio cambió por gol para igualar las acciones y renovar las ilusiones de conseguir la ansiada victoria.

En la segunda mitad se notó la tensión y la necesidad de ganar. Los cambios no ayudaron al funcionamiento del equipo y todo parecía indicar que el partido se moría en empate. Pero en el 35 del segundo tiempo se dio la jugada más insólita de la que se tenga memoria: El guardameta Sabalero, Ignacio Chicco, jugó con el pie un saque de meta y el experimentado Paolo Goltz no tuvo mejor idea que tomar la pelota con la mano, creyendo que el juez no había dado la orden. Lamolina se acercó a su asistente y volvió a dar la pena máxima que Matías Giménez Rojas cambió por gol y desató la locura en Avellaneda.

Desde ese momento se agigantó la figura de Rey: dos intervenciones fenomenales para aguantar el resultado hicieron pensar que finalmente el triunfo iba a ser una realidad. Pero lamentablemente un penal de Baltasar Barcia sobre Wanchope Abila, que terminó cambiando por gol luego de que el arquero le contuviera el remate y tomara el rebote, terminó con el encuentro igualado y con una nueva desilusión.