Vayan, sean hombres, jueguen y ganen

 

A 45 años de una de las hazañas más impactantes de la historia del fútbol Argentino, en De La Cuna al Infierno te contamos la historia del título obtenido con 3 jugadores menos.

25 de Enero de 1978. La previa del Mundial a disputarse por estas tierras estaba en boca de todos, aún cuando no se conocían los horrores de la dictadura, y la definición del Nacional 77 acaparaba la atención de la Patria futbolera de aquel entonces. El torneo se iba a dirimir entre los dos mejores equipos de aquel campeonato: Talleres de Córdoba, que contaba con uno de sus mejores planteles de la historia con nombres tales como Luis Galván, "Hachita" Valencia y Héctor Baley, que luego serían campeones mundiales con la Selección Argentina. Por el otro lado el, hasta entonces, séxtuple campeón de América, Independiente. Todo se definiría en Córdoba, luego del empate 1-1 en Avellaneda con goles de Enzo Trossero y Ricardo Cherini, ambos de penal.

Lamentablemente, por la época en la que estamos situados, no podemos hablar de fuerzas parejas, la política estaba muy metida en los asuntos de la pelota. Luciano Benjamín Menéndez, por entonces intendente de Córdoba, ya tenía los festejos preparados. Nunca un equipo que no sea Rosarino o Bonaerense había ganado un campeonato y estaba todo dado para el titulo "Tallarín" que significaría para el dictador un gran impulso político.

El transcurso del partido disputado en tierras cordobesas fue muy parejo, incluso el "Rey de Copas" se puso en ventaja con gol de Norberto Outes, pero el árbitro Roberto Barreiro convalidó, de manera sospechosa, un penal inexistente y un gol con la mano para la remontada del local 2-1. Esto llevo a que los jugadores del equipo visitante se fueran encima del árbitro, quien expulso a Rubén Galván, Omar Larrosa y Enzo Trossero.

La indignación era tal que los jugadores del "Rojo" decidieron abandonar el campo de juego, pero el inolvidable José Omar Pastoriza tuvo otros planes: mediante arengas a los jugadores, y la contundente frase que da título a esta nota, convenció a los suyos de volver para lograr lo impensado: Faltando siete minutos para el final y luego de una de las jugadas más recordadas de todos los tiempos por el pueblo Rojo, un pibe destinado a ser una de las leyendas más grandes de la historia del fútbol argentino, que ese día cumplía nada más que 24 años, culminaba, con un zurdazo luego de una pared con Daniel Bertoni y dejando al arquero en el suelo, con las ilusiones del equipo Cordobés. Ricardo Enrique Bochini enmudecía La Boutique y escribía una de las tantas páginas doradas de este inmenso Club logrando el empate y ganando el campeonato por la regla del gol de visitante.


En épocas de vacas flacas, donde la necesidad de reconstruirse está más latente que nunca y dónde el escudo ha sido vapuleado por decisiones que han hecho que el club navegue en la intrascendencia, es necesario recordar a los héroes que dejaron la vida por la camiseta y le ganaron a todos. Porque esta camiseta obliga a ir, ser hombres, jugar y ganar.

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