Problemas de fondo



 

Independiente perdió, una vez más, por los Octavos de Final de Copa Argentina. Esta vez fue ante Brown de Adrogué, por penales, tras empatar 1 a 1 en los 90. Se vio un equipo errático, con muchos errores defensivos, y sin respuestas futbolísticas, incluso desde los cambios.

La historia comenzó pareja, con un Diablo que, a diferencia de lo que hace habitualmente, eligió no trasladar el balón al ras del piso, y trataba de romper líneas con pelotazos de los laterales.

Tanto Nicolás Figal, hoy reemplazando al seleccionado Fabricio Bustos, como Gastón Silva, fueron gestores de permanentes pelotazos, buscando los piques de los delanteros, a espaldas de los marcadores de punta rivales. De ahí se generaron varios ataques. Este tipo de ataques se hizo de forma sistemática, ya que, por lo visto, Ariel Holan estudió al rival y entendió que es un equipo compacto, que agrupa sus líneas y no permite el juego fluido, en base al corte mediante faltas permanentes.

Martín Benítez estuvo bien controlado, con marca escalonada. Se turnaron para no permitirle jugar.

Quien más se destacó en esta mitad fue Nico Figal, sobre todo para desnivelar desde su sector. Como a los 22, cuando, tras ganar en velocidad a un defensor rival, en el centro del campo, habilitó a Emmanuel Gigliotti, quien, cuando intentó eludir a Martín Ríos, éste le convirtió penal.

Al momento de la ejecución, fue Silvio Romero quien tomó la responsabilidad y, con un toque suave, al medio del arco, la intercambió por gol.

La ventaja no cambió el desarrollo. A Independiente le siguió costando doblegar al Tricolor, que se seguía replegando, cosa que le cuesta tanto a los equipos Grandes.

Sólo un remate del hoy lateral derecho que evitó el veterano portero. Y poco más. Alguna de Benítez... pero muy poquito para la jerarquía que posee el Plantel.

Minutos más tarde, Brian Guille, quien había errado un mano a mano, encaró a Emmanuel Brítez, que le cometió un penal evitable, ya que, el ex Racing, estaba mal perfilado, contra la línea de fondo, empujándolo notablemente. Juan Olivares remató fuerte y cruzado, pero Campaña le adivinó de forma magistral.

Ya en el complemento, fue más de lo mismo. El Rojo, sin jugar bien, merecía más, pero daba sensación de endeblez, en defensa.

A los 5, Burdisso, ganó bien de cabeza, y le dio cruzado, bajo, y tapó, nuevamente, excelente, el ex Huracán.

Poco seguía sucediendo, en un partido flojo y mal jugado, en el que se seguía destacando, con sólo algún regate, Guille. Hasta que El Puma tuvo la chance de ampliar el resultado, cuando remató y se desvió en un defensor, para que la bocha estallara contra el palo.

De esa jugada vino la contra, que Ríos elaboró con un pelotazo rápido, que en el recorrido rebotó y descolocó a Brítez y a Domingo, y le quedó a Olivares, quien se vengó de lo sucedido en el primer tiempo, y definió a la derecha del Capitán Rojo, para marcar el empate.

El equipo no tuvo reacción. El Técnico tampoco. Los cambios no aportaron soluciones.

La defensa tuvo un flojísimo rendimiento. Inentendiblemente, Brítez, que siempre jugó de lateral, hoy lo hizo de central. Y Figal, lo mismo, pero al revés. Gastón Silva no marca ni se proyecta. No se entiende cómo Sánchez Miño perdió el puesto.

Nico Domingo no tuvo un buen nivel. Es cierto que Benavídez lo acompañó mal en el inicio, y luego Miño no ingresó bien.

Arriba, Braian Romero, sigue sin encontrar el nivel por el que lo trajo Holan. Gigliotti está errático y algo pesado en sus movimientos. Y Cerutti, aún es una sombra del que jugó en San Lorenzo.

Más tarde llegaron los penales. Con el temor de que pase lo que finalmente sucedió. Quedar afuera con un equipo de la B Nacional. Por el lado de los de Holan, erraron Brítez y Figal. Mientras que, por los de Vicó, convirtieron todos.

Estos partidos ya no sorprenden. El poderoso, entre relajarse y saberse superior, afronta el partido con liviandad. Mientras que el conjunto, supuestamente débil, juega el "partido de su vida".

Hoy la víctima fue Independiente. Ojalá el cachetazo sirva para abrir los ojos de un grupo que decayó en su nivel de juego. Se viene el partido más importante del año, frente a River, y hay que estar a la altura de la historia.

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