Ese amigo que nunca falla



Qué lo parió, que frío hace loco. ¿A quién se le ocurrió poner el día del amigo un 20 de Julio? decí que uno, viste, que anda en bondi, cuando llega a Plaza, se llena de gente y digamos que disfruta, o no lo queda otra, del calor humano. En fin, para mí, arranca ahí la amistad. Arranca de una necesidad. Necesitar que haya otro que también te necesite. Como el bondi, y la gente.

Ojo, cada uno tiene un concepto definido de amistad, aunque para mí lo usan muy livianamente. Mucha fotito, mucho saludo pero, cuando las papas queman, nos salvan siempre los mismos. Y hay uno, un amigo, que nunca falla. Nunca eh. Jugaba el viernes pasaditas las 21 contra Central Ballester.

Qué lindo, che. Qué lindo llegar a casa, cagado de frío. No me dan las manos para agarrar la llave, pispiar pa´ que no me roben, entrar rapidito, caminar unos 25 metros a la puerta principal y que todo suceda.

Abro la puerta. La mesa larga me da la bienvenida. En uno de los extremos, como un adorable wing derecho, mi viejo. Invencible, imponente. Medio pelado, luce un buzo que traduce su trabajo en el taller. Se lo ve cansado pero tiene las fuerzas necesarias para decirme –pasá, pibito. Sentate que está el mate ya- ahí nomás suelta el mate jarrito con la misma habilidad con la que Meza se saca rivales de encima.

De fondo, el que nunca falla, el Rojo de Avellaneda, carajo. Está de más comentar que la amistad también es gritar los goles de Benítez y después irse a dormir con la panza llena de tantos. Ocho, para ser exactos.

Después las fotitos y los mensajes son anécdotas. Pero para mí, la amistad es eso, viste. Sentarme tranquilo, con mi viejo al lado, y ver al Rojo. Con mi viejo o con el que sea, porque siempre, ver al Rojo, es ver a un amigo. Esta campaña, volveremos a estar contigo

Comentarios

Archivos

Contacto

Enviar