El desafío de ser y parecer
Varios son los partidos que tiene encima Julio Vaccari, al frente de Independiente. En De la Cuna analizamos y te contamos distintos datos que no solo marcan lo positivo, sino también lo negativo del equipo desde el arribo del entrenador. Analizamos la compleja tarea que tiene por delante. Quedate, que te lo contamos.
No fueron buenos los primeros pasos del entrenador en la Institución, al menos futbolísticamente hablando. Una chocante derrota en Córdoba escoltaba otro par de decepciones, empatando ante Barracas Central de local y regresando derrotados de Mendoza.
En busca de un triunfo que subsane la flaqueza del momento, los de Vaccari se la jugaban ante San Lorenzo en Avellaneda. Fue empate sin goles, en un clima caliente. Pero el "Rojo" resistió con un hombre menos durante casi todo el partido. Y allí, algo cambió. Para bien.
Un invicto de 13 partidos sin perder por Torneo Local (con cinco victorias y ocho empates), trajo alivio. Un poco de calma y tranquilidad en plena competencia. Sin embargo, no todo fue color de rosas. Porque en el medio los "Diablos" quedaron eliminados de la Copa Argentina y la irregularidad en el rendimiento les pasaba factura. Cuestiones extra futbolísticas, opiniones divididas dejaban expuesto a un equipo al que nunca le sobró (ni le sobra) nada. A tal punto de manifestarse como una suerte de electrocardiograma. Sin ir más lejos, de los últimos cuatro cotejos dividió 2 derrotas, 2 triunfos.
Sin más rodeos ni preámbulo, pasemos a los números: el "Rey de Copas", desde la llegada de Julio César cosechó 27 puntos (de 57), alcanzando el 47% de las unidades disputadas (menos de la mitad). En el medio, la Copa Argentina con un triunfo (3-0 frente al "Tomba") y una derrota (0-1 ante Vélez). En este caso, decidimos contarlos aparte, ya que no se compite por tres unidades, sino por pasaje de rondas. Regresando al Campeonato, convirtió 17 goles y recibió 11.
Pero atención a esta particularidad: prácticamente la mitad de los gritos del Rey en el Torneo fueron a través de la pelota parada, algo poco común si pensamos en los últimos años de Independiente. ¿La labor? Sostenerlo y ratificarlo, aunque a la vez acompañarlo de aquello que representa al hincha: un juego que guste.
Por su parte, al centrar el foco en los goles permitidos, el Rojo se encuentra entre los equipos que menos recibieron durante esta segunda mitad de año. Claro que la llegada de los refuerzos mucho tuvieron que ver. En especial Kevin Lomónaco, flamante zaguero central cuyo pase pertenece al Red Bull Bragantino, y Rodrigo Rey, tal vez, el mejor arquero de nuestro fútbol argentino.
Además, vale resaltar la fortaleza y consistencia del conjunto de Vaccari jugando de local. En casa, el "Rey de Copas" sacó el 63% de los puntos en juego. No así en condición de visitante, aspecto que preocupa y mucho, teniendo en cuenta que cayó en cuatro de las 10 oportunidades, que contaron con un par de triunfos y otros cuatro empates. Resultando un 33% de las unidades; un numero desolador.
Otra cuestión por la que también habrá que ocuparse: la falta de reacción ante la adversidad en el marcador. Pues cada vez que comenzó perdiendo, nunca pudo reponerse. Fueron cinco cotejos con cinco derrotas. Seguramente sea la inferioridad numérica en algunos casos (San Lorenzo, River, Racing), aquello a lo que se aferren los de Vaccari, como un punto a favor para ellos.
Queda a las claras que habrá que mejorar en todo aspecto, si realmente pretendemos cerrar el año "dignamente" y encarar un 2025, tal y como manda la historia de nuestra querida Institución.
En estos momentos, durante la recta final del Campeonato, Independiente sigue en carrera por el modesto y escueto objetivo de entrar, al menos, a la Copa Sudamericana. Y si bien goza de chances matemáticas para ingresar a la Libertadores, algo que sería demasiado premio para un equipo que nunca -o casi nunca- terminó de convencer, deberá cambiar la cara en estos últimos tres partidos. Ahí va Independiente, con el claro desafío de no solo ser, sino también parecer.
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