Falsas promesas

Eduardo Domínguez puso fin a su ciclo como entrenador de Independiente, el DT consideró que la actual dirigencia no cumplió con muchas de las promesas que le habían asegurado y no se sentía con respaldo necesario para continuar.

La llegada de Dominguez había generado una gran expectativa, un técnico que había sido campeón en un club como Colón, que proponía un estilo de juego relacionado a la historia del club, parecía encajar bien con una necesidad imperiosa que tenía el Rey de Copas. Sin embargo toda esa llama de confianza se fue apagando muy rápido, apenas 29 partidos, de los cuales ganó 10, perdió  10 y empató 9.

La responsabilidad de Eduardo Domínguez está a la vista, nadie puede negar que nunca encontró un equipo y un funcionamiento que le permita a Independiente lograr una regularidad. Ahora hay un punto fundamental en su paso por el Rojo, desde que llegó el desorden fue protagonista. 

A días de su llegada Alan Velasco, el jugador con más proyección del club, fue vendido. De su venta a Domínguez se le aseguró que iba a contar con USD 2.000.000 para este libro, algo que nunca pasó. Situación similar con el USD 1.500.000 de un sponsor fantasma. Siguiendo con el mercado y yendo a lo deportivo, al entrenador se le aseguró que se quedaba Domingo Blanco y que se iba a hacer lo de Rodrigo Aliendro, con quién el DT habló personalmente, pero nunca apareció el dinero para sellar su llegada. Cauteruccio, Arzamendia, Neves y Bernardi fueron otras de las promesas del mercado que la directiva de Independiente no le cumplió al técnico.

Otro episodio fue lo ocurrido con Cazares y Poblete, en la previa del partido con Platense. A horas de disputarse el encuentro, Domínguez no sabía si podia contar co  los jugadores. Se llegó a lograr la firma de "Juanito", pero Poblete no solo no firmó, sino que dejó de ser jugador del Rojo. Un futbolista que arrancó el torneo de titular y venía co gran nivel, todo por no poder cerrar un acuerdo a tiempo con sus representantes.

Por último hay que decir que desde hace rato el entrenador no tenía contacto con los dirigentes, desde la caída en el clásico, hasta el día de su renuncia no había recibido el llamado de ningúno y que los refuerzos le habían llegado en su mayoría las últimas semanas. Por toda esta situación, sumado al mal desempeño del equipo, el paso de Dominguez por Independiente finalizó con su renuncia.