Dos caras


Independiente tuvo, en su primer partido del año, un debut ambiguo, donde mostró mucha movilidad, buen juego y situaciones, en gran parte del mismo, y un final donde bajó, considerablemente el nivel. Fue empate, 1 a 1, con sabor a poco.

El trámite comenzó favorable al Rojo, que, desde los pies de Martín Benítez, Pablo Pérez y Pablo Hernández, manejó las acciones, con buen juego, buenas transiciones y mucho dinamismo.

Luego de alguna insinuación de la Visita, que evitó Martín Campaña, llegó un pelotazo de Bustos, para el pique por derecha de Ezequiel Cerutti, que lanzó el centro para Romero, quien combinó con el Misionero y el Tucu, al que le cometieron penal, tras un empujón, cuando eludía a Guido Herrera.

La ejecución fue lanzada por Silvio Romero, de gran manera, a la izquierda del arquero Cordobés, que eligió el palo contrario.

De ahí en adelante, en esta etapa, fue un monólogo de Independiente, que pese a no ampliar la diferencia, pudo lastimar mucho por el sector derecho, con el tándem Bustos-Cerutti, ambos de buen comienzo.

El lateral tuvo una situación muy clara para aumentar la diferencia, luego de ser asistido por Benítez. Ingresó en soledad por la derecha y remató con mucha potencia y, de no ser por la intervención de Herrera, y el posterior palo, pudo haber convertido.

 El complemento arrancó dubitativo, cuando, tras un mal pase de Nico Domingo hacia atrás, la pelota fue tomada por Dayro Moreno, que habilitó a Sebastián Palacios, que, cara a cara con Campaña, remató, de zurda, por arriba.

Luego de eso, y tras un par de minutos de sufimiento por el ahogo de la T, el balón volvió a pertenecer a los de Holan, que si no fuera por la poca puntería de Benítez, remantado de afuera, cerca del palo, o Pablo Pérez, quien en lugar de rematar, frente al arco, eligió sin suerte, dar un pase a la derecha, podría haber sumado algún tanto, en los primeros 15 minutos de esta parte.

El calor fue haciendo mella en el cuerpo de los futbolistas. En el local el funcionamiento ya no era el mismo, y con el paso de los minutos, peor.

A los 34, cuando Sánchez Miño, había quedado parado en ofensiva, Talleres arrancó un contragolpe, a espaldas del mismo, la pelota fue tomada por Moreno, que remató fuerte y cruzado. El tiro no llevaba mayores peligros, pero Bustos dejó corto un rebote, que tomó Palacios, con un derechazo potente, a la derecha de Campaña, y decretó el empate.

Fue un golpe anímico para los de Holan, y se demostró en el campo, ya que los Cordobeses tuvieron unos minutos en los que pudieron haber conquistado algún otro tanto.

Sólo a un minuto del final hubo una especie de reacción, en los pies del Chino Romero y de Benítez, que erraron en el remate que podría haber dejado los tres puntos en Avellaneda.

Lo cierto es que Independiente mostró dos facetas. Una en la primera mitad y hasta los 15 de la parte final, donde fue completamente superior pero no pudo demostrarlo en el resultado. Y otra en la última media hora, donde el partido pudo haber sido para el Tallarín.

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