Tranqui, 120



Me fumé un pucho y me fumé dos. Y me fumé dos y tres también. Y nada paraba la ansiedad de volver a vivir una final. Independiente y Flamengo, Flamengo e Independiente disputando una vez más, una final, como en 1995. Ojalá tengamos a la Chancha y al Pájaro, pensé. Y cuando volví de ese pensamiento, ya estaba cruzando el puente Pueyrredón.

120 horas pasaron hasta que Tagliafico levantó los brazos al aire. Acá estamos. Esto somos. Esta es nuestra historia, que nos avala y nos rodea y también nos protege. El cielo se tiñó de Rojo. Los globos colorados se sacudían para todos lados. Otra vez éramos nosotros. Pitó el juez, y arrancó el match.

9 ´minutos. Réver estuvo suspendido en el aire, como 120 segundos. Los centrales nuestros, inmóviles. La pelota recorrió la órbita del gol, y allí fue. 120 baldes de agua helada. 120 pensamientos de miedo. Porque el miedo es tan vivo, que te puede tirar cualquier estructura abajo si te ve flaquear. 120 veces pensé que se iba afuera. Pero fue gol. Y fue gol de Flamengo que se ponía 1 a 0 arriba.

Entonces a la hinchada no le quedó otra, y gritó 120 veces más fuerte. Tan fuerte que Independiente fue a escribir otra historia. La de Silva y su gran tiro libre que no pudo ser. La de Barco que la puso debajo de la suela y la de Gigliotti que recibió de Benítez y la clavó en la ratonera.

Gol. Un grito de gol hermoso. 120 más fuerte que cualquier otro grito de gol. El gol del Puma, que ponía tranquilidad en un momento en donde el infierno no era encantador. Final de la primera parte. El hombre de traje, que todo me preguntaba, se sentó y me miró fijo. Y yo lo miré, y con mis ojos le dije -No me pregunte más nada señor. Yo también estoy tan nervioso como usted-

En el segundo tiempo, el equipo de Holan hizo aparecer el fútbol. Un señor Barco desbordó por izquierda y centró. 120 veces pensé que el centro iba a cualquier parte. Pero lo encontró a Meza, que la agarró 120 veces mejor que yo, y la puso contra un palo para que gritemos 120 veces más.

Golazo del Rey. 2 a 1 y a la mierda con esa espina en la garganta que tanto nos había lastimado. Y véngase Flamengo, que aunque le cobren un tiro libre  a metros del área, el partido se lo lleva el Rojo.

Final del match. Independiente se va con un 2 a 1 a definir la Copa en el Maracaná. Holan da la conferencia y se lo nota 120 más cansado. Los jugadores se van con ganas de hacer 120 goles. Y sobre Alsina, un nene le dice a su padre que le prometa 120 veces que su Rojo va a meter el Maracanazo. Tranqui, a 120 pulsaciones, lo esperamos.

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