MENOTTI E INDEPENDIENTE, FENÓMENOS DE LA MISMA CEPA




A sus 85 años dijo adiós uno de los entrenadores más influyentes en la historia de nuestro fútbol. Pregonero y amante del buen trato a la pelota, su pasión por el juego y su convicción por defender sus ideas son algunos matices que comparte con la filosofía del paladar negro de Independiente. En De La Cuna al Infierno lo recordamos así.


Independiente y “El Flaco” se vieron las caras durante muchos años. Al principio, como jugador le tocó enfrentarse con las camisetas de las dos “Academias”, la de su natal Rosario Central y la de Racing. Luego vistió la de Boca. En esa década del 60’, Menotti vivió de cerca el principio de la grandeza del “Rey de Copas”, que obtuvo los campeonatos de Primera División en 1960, comandado por Roberto Sbarra, y las conquistas de Manuel Giúdice: Torneo de Primera División 1963 y las primeras dos Copas Libertadores de la historia roja (1964 y 65). Miguel Ángel Santoro, Juan Guzmán, Raúl Bernao, Osvaldo Mura, Raúl Armando Savoy, Roberto Ferreiro, Mario Rodríguez, Tomás Rolan, Ricardo Elbio Pavoni, Roque Avallay, entre otros, fueron algunos de los nombres destacados que pasaron por los equipos del “Colorado”.



Sin embargo, “El Flaco” de pibe ya era admirador del fútbol que practicaba la delantera de “Micheli, Cecconato, Lacasia, Grillo y Cruz”. Aquel equipo que le ganó 6-0 al Real Madrid de Alfredo Di Stéfano y compañía. También le metió cinco al Racing dirigido por Guillermo Stabile, quien luego los llevo a ser la delantera titular de la Selección Argentina. Ese Independiente “era el único equipo que se respetaba en Rosario. Me quedó muy grabado en la memoria”, decía César.



Micheli, Cecconato, Lacasia, Grillo y Cruz

Ya en su etapa como entrenador, el “Orgullo Nacional” también se encargó de amargar al “Flaco”. Corría la temporada 86/87, Menotti volvía al fútbol argentino y asumió como técnico de Boca. Terminó en el cuarto puesto con 46 puntos e Independiente tercero con 47. Terminado el torneo, que tuvo a Rosario Central como campeón, ambos se enfrentaron en la final de la Liguilla Prelibertadores 1987 con el objetivo de ser el segundo equipo argentino clasificado para la edición de ese año del certamen internacional. Fueron 2 para el “Rojo” (José A. Percudani y Claudio O. Marangoni) y 2 para el “Xeneize” (Jorge Rinaldi y Jorge A. Comas) en Avellaneda. En La Boca, Independiente lo superó 2-1 de la mano de Ricardo Enrique Bochini, quien selló la clasificación.


Luego de su efímero segundo paso por España, volvió al fútbol argentino. Esta vez para calzarse el buzo de entrenador de River de cara a la temporada 1988/89. Terminó ubicado en la cuarta posición pero nunca llegó a discutirle el liderazgo a Independiente, que finalmente se coronó campeón, con 17 puntos por encima del conjunto de Núñez.


Llegaba el año 1993, su segundo ciclo en Boca. A finales del año siguiente disputaba la final de la Supercopa 1994, otra vez, ante Independiente. Parecía ser que la tercera era la vencida pero no, la historia se repetía nuevamente. Empate 1-1 en la ida y cayó 1-0 en la vuelta con un gol de Sebastián Rambert para que el equipo de Miguel Brindisi diese la vuelta en la vieja Doble Visera.



Finalmente el destino quiso que los caminos de la vieja escuela roja, precursora del “Paladar Negro”, chocarán con la filosofía del “Flaco”. Aquel Independiente de 1996/97 logró el subcampeonato del Apertura 96' y hasta le ganó 3-1 a River Plate, el campeón. Luego en el Clausura 97’ dejó al equipo en lo más alto. Pudo haber sido campeón pero el torneo se retrasó por un paro de futbolistas en solidaridad con seis jugadores de Deportivo Español que reclamaban la libertad de acción. Al reanudarse el campeonato, el equipo había vendido algunas figuras y la ilusión se había esfumado.


Al año siguiente volvió de su paso por Italia y estuvo hasta septiembre de 1999. Esta segunda etapa fue diferente en resultados a la primera pero hubo un punto a destacar: el asentamiento en la primera de Gabriel Milito, quien lo recuerda así: “Él fue quien me dió continuidad en Primera División. Tenía 18 años y me puso a jugar en un equipo lleno de jugadores importantes. 

En una derrota ante Estudiantes (Apertura 98’) jugué como lateral izquierdo y fuí un desastre. Nunca había jugado ahí, yo era central. 

Al día siguiente, cuando llegué al entrenamiento, me llamó a su despacho y me dijo: ‘Gabi, tranquilo. Vas a jugar, no muchos, pero algún que otro partido en tu carrera como este. No va a ser ni el primero ni el último. Lo que tenés que saber es que el único que sé que juega el próximo partido sos vos’. Y después reunió al equipo y les dijo: ‘no sé cómo vamos a jugar el domingo ni quién va a jugar, pero lo único que sé es que va a jugar Gabi y 10 más’”.



Su última etapa como entrenador en el “Rojo”, allá por el 2005, fue breve por resultados que no se dieron pero le tocó entrenar a un pichón de crack llamado Sergio Agüero.“Fue uno de mis primeros técnicos y el que más me marcó”, describió el Kun. "El Flaco" decía que en el área era idéntico a Romário, “tenía todo, gambeta, habilidad, al entrar iluminaba la cancha y era capaz de pasar por lugares insospechados”, aseguraba.




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