La mediocridad para algunos es normal

 



Terminó el partido. Independiente vuelve a dejar pasar una buena oportunidad. Se desprende de quienes pelean el torneo, se aleja de la clasificación a la copa Libertadores. Vuelve la mediocridad a invadir la escena deportiva. Ya lo naturalizamos, en una institución de las más gloriosas que existen en este deporte. ¿Causas? hay muchas, la consecuencia es una sola, el equipo juega mal al fútbol y queda en evidencia cuando enfrenta a un rival que tiene las cosas más que claras.


Porque en el fútbol, los resultados aislados pueden maquillar el transitar de un equipo, pero tarde o temprano, en general, los clubes que mantienen un buen funcionamiento terminan torciéndole el brazo a quienes flotan en la tabla de posiciones. Esta liga está cada vez más mediocre y atada al contexto económico del país, por lo cual, apuesta al trabajo y la creatividad para palear la falta de técnica en sus futbolistas. Pero, en contraposición, surgen algunos nombres desconocidos que nos invitan a repensar el fútbol, o al menos, nuestro fútbol, que parece no actualizarse, y no dar lugar a quienes intentan traer un poco de aire fresco.


En el banco del Tomba, de Godoy Cruz, está Diego Flores. Ex Traductor de Bielsa. Con la goleada ante Independiente lleva 3 victorias de 4 posibles, con 13 goles a favor y 3 en contra. Eliminó a Racing por la Copa Argentina. Algunos días antes de enfrentar al Rojo, Diego declaró que "Bielsa lo marcó en hacer lo que se dice", y vaya que lo está llevando a cabo en el equipo Mendocino. 


Dejando de lado el equipo visitante, me dispongo a analizar el equipo local. En el banco, Falcioni. Muchos años en esto, con pergaminos, es verdad. El resultado es un baile tremendo. Una victoria de Godoy Cruz en todos los sectores de la cancha. Hasta en la performance física de sus dirigidos. ¿Hay diferencia en nombres? claro que no, hasta alguien podrá decir que Independiente tiene más.


La diferencia es una sola, y es el trabajo. Nadie puede decir que Falcioni no trabaja, claro que sería una falta de respeto a alguien que lleva muchos años en esto. Pero se ve, a las claras, que el Rojo todavía no sabe cual es el rumbo. Analicemos algunos puntos, como el mediocampo. El Rojo, con Soñora y Blanco, logró una buena dinámica, digna de este nuevo fútbol. El reingreso del Perro Romero no trajo sus frutos, ya que el equipo se hizo más lento, recuperó menos pelotas y le costó más llegar al arco rival. Si nos vamos un poco más adelante, el equipo que dirige Falcioni parece no terminar bien las jugadas de gol que insinúa. Pero creo que no es una situación de bajos niveles individuales. Porque la individualidad, justamente, te salva en partidos aislados, cerrados. El problema más grave no es que Velasco o Martínez no hagan daño, lo peor es no ver un funcionamiento colectivo entre ellos y Silvio Romero.


Independiente es un equipo estático, que depende de alguna subida de Bustos, o alguna gambeta de Velasco o algún gol de Silvio Romero. Pero cuando eso no ocurre, no hay un funcionamiento colectivo que respalde ese déficit. No lo hay, tampoco hay dinámica y mucho menos, gol. Así, la incertidumbre futbolística se traduce en dudas. Y esas dudas se apoderan de todo el equipo y como consecuencia, cuando enfrentan a un once que viene con un buen funcionamiento, la derrota es casi cantada.


A su vez, no puedo dejar pasar por alto algunas, para mí, incoherencias. Chila Márquez, quien hoy convirtió su primer gol en primera, siempre ingresó faltando 10 minutos. Hoy, con el encuentro 3 a 0 abajo, ingresó faltando 30. Entonces, ¿Dónde queda el discurso de que a los chicos hay que cuidarlos? ¿No será que hay que darle lugar a los chicos que ya piden pista a los gritos? No olvidemos, que en este equipo, Velasco era suplente y  en su lugar jugaban Palacios y Menéndez. Las lesiones, y las idas de jugadores, terminaron de moldear cambios que eran cantados.


Independiente es un equipo que no responde ante el gol rival. Parece no tener herramientas ni ideas trabajadas para dar vuelta el barco que se inunda. Hoy, Godoy Cruz le dio clases de cómo atacar, defender, jugar en sociedad, y aprovechar los espacios. Y sin nombres rutilantes. Simplemente con trabajo.


Este es un fútbol que cada vez más apuesta al trabajo colectivo y menos a las individualidades. Lo demostró el Brujas jugando mejor que el PSG en la Champions. Ya no sirve la excusa de falta de jerarquía. Este deporte se actualizó. Los futbolistas se prestan primero al servicio del sistema de juego y luego a su propio rendimiento. Es un equipo de once jugadores, justamente, en el cual no te salva uno solo. 


Pero en este fútbol, este Independiente atrasa muchos años. Y mientras sigue el atraso, lo único que se actualiza es la mediocridad. No pedimos demasiado, solamente jugar mejor al fútbol. Porque jugando mejor, tarde o temprano los resultados se consiguen. No confundan la locura con saber de fútbol y trabajarlo. El fútbol ya no es sólo un deporte. Es un laburo, y como todo laburo, necesita del esfuerzo y el aprendizaje de todos. Lamentablemente, por ahora, nuestra normalidad es la mediocridad.

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