De atrás para adelante

 


Mi abuelo Héctor decía siempre que los equipos se armaban de atrás para adelante. En su momento, yo pensaba que esa frase era común, porque la decían todos las personas mayores cada vez que analizaban a un equipo. Esa frase, como digo, tan común, me sonaba puramente táctica. Pero siempre me reservé el derecho a la duda, a tratar de encontrarle la vuelta a lo que decía mi abuelo, porque él, como muchos viejos y viejas, habían visto a Independiente campeón de todo y, por lo tanto, no tenía mucho sentido que de sus labios salgan esas oraciones tan básicas. Para mí, siempre hubo algo más en ese "De atrás para adelante", y hoy, en la derrota ante Tigre, lo entendí.


En la triste, pálida y dolorosa caída ante Tigre por la Copa Argentina, entendí lo que mi abuelo Héctor me quería decir cuando miraba a un Independiente inmirable, como los de casi todos estos últimos años. Cuando Independiente levantó las manos en el cielo de San Nicolás, entendí que no nos salvaba ni un milagro de la Virgen. Porque si los equipos se arman de atrás para adelante, justamente, atrás, no tenemos nada.


Quién hubiera imaginado que me tocarían escribir nuevamente estas líneas angustiosas, mientras Tagliafico levantaba la copa en el Maracaná. Pero sí, me toca. Y lo asumo con mucha bronca y dolor. Porque mientras el Rojo intenta maquillar el desastre, atrás no hay nada. Desde hace no mucho, tres años quizás, lo de atrás se disolvió.


Y sería muy poco serio analizar el presente futbolístico sin poner en juego el contexto. Entonces, como decía mi abuelo, comencemos por atrás. Atrás, donde las bases políticas no hacen pie, un lugar en donde los embargos, los juicios y las deudas llueven incesablemente, una actualidad que es un bochorno, con una deuda desastrosa que pone en jaque el futuro institucional del club, con asambleas bizarras en las cuales predominan la falta de respeto y la incoherencia total, con dirigentes que se han equivocado en la elección del futbolístico y que cada vez eligen peor, y con una relación con sus jugadores totalmente rota.


Así, de esa manera, comienza lo de atrás. Así se comienza a organizar este equipo. En el medio, un entrenador con una trayectoria muy respetada, pero que, quizás, a mi modo de ver, no coincide con la ideología futbolística ni con la historia de Independiente. Y sabemos muy bien, que siempre nos fue bien cuando jugamos a ser Independiente y no otra cosa. Y adelante, para rematar la cuestión, el equipo lo completan jugadores que no están teniendo actuaciones correspondientes a lo que manda la camiseta.


Jugadores en los cuales el hincha deposita una sonrisa, pero recibe una cachetada. El hincha ya no pide demasiado, basta con que al menos, quede la sensación de que han dejado todo. Pero ni siquiera la pasión es el motor de rebeldía en este equipo. Y que se entienda, la crítica no es personal, es netamente deportiva, porque la realidad no se puede esconder. La realidad esta ahí. La realidad marca que mientras los pibes del club se prenden fuego por ir a buscar un gol, mal o bien,  hay profesionales más grandes que miran pasar la pelota, sin ganas. 


Repito, a mi modo de ver, nadie es culpable de un todo. Es imposible que el motor funcione bien, si las bases, si lo de atrás, está totalmente roto. Todo es consecuencia, todo está relacionado, nada es casual. Por eso entiendo, y es personal, que sería incorrecto caer duramente contra la dirigencia en un cien por cien, contra el entrenador en un cien por cien o contra los jugadores en un cien por cien. Nadie tiene la culpa del todo, pero todos somos responsables, en algún punto, de la actualidad de un club que nos duele.


Y en ese punto, cuando digo nos duele, me comprometo como socio. Porque este es un año de elecciones, y no hay arma más rebelde que un voto en democracia. Es un elemento extraordinario que tenemos para elegir el rumbo de una institución, elijamos la agrupación que elijamos. No es inducir a un voto, es inducir a que vayan a votar, a quien quieran, pero que vayan a votar. Si verdaderamente el club es de los socios, los mismos socios tenemos que hacer el esfuerzo, que ya lo hacemos pagando la cuota, para ir a las urnas.


Hoy, Independiente duele. Pero es en vano señalar un culpable. Si los equipos se arman de atrás para adelante, como decía mi abuelo, estamos jodidos. Porque lo de atrás es calamitoso, y lo que le sigue es peor. 


Parece un cuento de nunca acabar. El equipo está eliminado de dos competiciones. El fútbol no es vida o muerte, pero los hinchas de Independiente necesitamos que en algún momento, las primaveras duren más. Como esas que construyeron 117 años de gloria. 


Es imposible que en un soplo volvamos a ser los de antes, las cosas no funcionan así, pero valdrá la pena hacer el esfuerzo de empujar de atrás, para salir hacia adelante siempre, para y por el bien de Independiente.

Comentarios

  1. EL ESTADIO A MEDIO CONSTRUIR, LA ESCUELA EN SITUACION EDILICIA Y DE EQUIPAMIENTO PESIMAMENTE CONSERVADA, SEDE MITRE DERRUIDA, SEDE BOYACA EMBARGADA CON ORDEN DE REMATE, COMPLEJO DOMINICO UN BASURAL, COMPLEJO WILDE SIN MANTENIMIENTO NI MEJORAS, DEUDAS Y EMBARGOS DE BIENES Y DE COPAS, PERSONAL DEL CLUB DE PARO POR FALTA DE PAGO DE SUS SALARIOS, DESCENDIDOS A LA B. LEYENDO Y ESCUCHANDO LAS CRITICAS A LA ACTUAL GESTION ME PARECE DE UNA GRAN INGRATITUD NO RECONOCER LA TAREA TITANICA QUE LLEVARON ADELANTE. ES CIERTO QUE HUBO ERRORES TAMBIEN, PERO NUNCA DESIDIA Y ABANDONO,DE ESO SE ENCARGARON OTROS QUE SERIA MANCHAR LA HISTORIA DE INDEPENDOENTE EL SOLO HECHO DE NOMBRARLOS.

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