Bienvenidos al tren




En la vuelta hacia Wilde, luego de haber visto el debut de Pusineri en la derrota ante River, el Negro venía escuchando la canción que más le gusta del álbum "Confesiones de invierno", de Sui Géneris. "Bienvenidos al tren" sonaba absolutamente solo y protagonizaba un silencio nocturno que fue interrumpido únicamente por la voz del Flaco.


El Flaco, que es de esas personas que no entienden que el silencio no siempre significa olvido, salió a cruzar el ambiente afirmando que el resultado final era que Independiente había vuelto a perder, algo obvio pero además, calificó el rendimiento de los once jugadores como "murga".

Más positivo, el Negro, mientras venía manejando, solicitó el argumento de aquella afirmación y contraatacó explicando que en el segundo tiempo el Rojo tuvo varias situaciones como para ponerse 2 a 1 arriba pero que River nació alquilándolos, como Borré también lo hace.

Cuando me llegó la oportunidad de cerrar aquella charla innecesaria de domingo post derrota, expuse que el corazón no falla. Que habíamos ido a la cancha con cierta inquietud porque últimamente los resultados del club son una moneda que puede caer de cualquier cara, que todos sabemos lo que dan los Romero, los Bustos y compañía, que a todos nos jode cuando Cecilio Domínguez no intenta un poco más o cuando Leandro Fernández pierde la pelota y no lo sigue.

Pero que sin embargo, y más allá de esas inquietudes, el corazón tampoco nos falla cuando lo vemos a Pusineri, y sentimos lo mismo que siente él, que vino cuando nadie quería venir y que está tratando de comer un asado con cubiertos de cotillón.

Pero no nos queda otra. Este es el tren al que nos tuvimos que subir, como el de Sui Géneris, dependerá que los que juegan empujarlo o pararlo definitivamente. Nosotros vamos a estar ahí, haciendo fuerza desde abajo para que cuando arranque viaje bien lejos, no se detenga nunca más y sea el tren de la alegría.


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