Un tema de hace años



Lo único que pido, quizás, para el resto de mis días, es poder mirar un partido de Independiente tranquilo. Eso no incluye que no me haga mala sangre, pero excluye a los ajenos del mundo fútbol que perturban nuestra intranquilidad.

Una semana esperé para quebrar una racha de 50 años. Pero justo en el momento en el que, digno y tranquilo cebaba un mate para arrancar el match, cae como meteorito contra dinosaurios, un prima segunda que hace mas de 20 años no veía y con la que nunca vi ganar a Independiente.

No le presté demasiada atención a lo que me decía. El resto de mi familia sí sentía la obligación de estar prestando atención a lo que la Neli contaba. Pero yo no. Lo único que me importaba era saber quien carajo había perdido al Morro García en el gol de ellos.

No grité demasiado el empate. Pero luego, sucedió algo de lo que me arrepiento, no del todo, pero sí en parte. Cuando Romero infló la red desde el punto penal, grité el gol, las venas se me hincharon, me agarré con ambas manos mi miembro inferior y la miré a la Neli, le dije que era mufa, que por ella hace 50 años no ganábamos en Mendoza, que nunca había visto ganar al Rojo con ella en Casa y que hoy eso se iba a terminar. Y le advertí que debe entender que cada vez que juega algún equipo, no hay que caer en una casa sin preguntar, porque eso sí es una falta de respeto, al fútbol.

Se armó un quilombo bárbaro. No creo que Neli me vuelva a hablar. Pero hay algo que doy por seguro, la racha de 50 años se cortó, y con eso, mi trabajo está cumplido.

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