El último título local



2002 – Independiente visitó y aplastó a San Lorenzo ganándole 3 a 0, con goles de Federico Insúa a los 32 minutos, Andrés Silvera a los 49 y Lucas Pusineri a los 55, coronándose de esa forma campeón del Torneo Apertura 2002.

8 años llevaba Independiente sin lograr un torneo local, y no solo eso, sino que salvo muy poquitas excepciones, las campañas del equipo empeoraban cada vez más, hasta tocar fondo en el Clausura 2002 cuando por primera vez en la historia el equipo sale último, sumado a una crisis financiera e institucional.

Así las cosas, el objetivo de ese torneo era lograr los puntos necesarios para escapar de la zona de promedios y descenso. Para ello, Independiente contrata refuerzos de máximo lujo en el país, y al pasar algunas fechas del torneo ya nadie hablaba de promedio sino que la ilusión era ser campeón. Y así fue, porque este equipo quedará en la historia y no solo de los hinchas rojos sino en las páginas del fútbol argentino, ya que la mayoría coincide en que fue uno de los equipos que mejor rendimiento tuvo en lo que va del siglo, el más goleador, el más atacante, una aplanadora en todos los estadios.

Lideró todo el torneo, incluso sacando mucha diferencia del resto, pero en el tramo final las lesiones de algunas piezas claves le hizo perder puntos y Boca descontó hasta quedar a 3 unidades en la fecha 18 (anteúltima) cuando debían enfrentarse. Fue una día que jamás olvidaran los hinchas, aquella tarde que Milito tomó la lanza en la adversidad (perdíamos 1 a 0 en casa), condujo al equipo a la corajeada, abrió la pelota para que Rivas tire el centro y Pusineri saltó más alto que todo Boca, consiguiendo el empate sobre el final del partido, resultado indispensable para sostener la diferencia de 3 puntos. Luego en la última fecha, el triunfo a San Lorenzo un día como hoy, e Independiente gritó campeón.

Pero no son esos dos partidos los únicos, hay más encuentros de ese torneo que el hincha jamás olvidará, por ejemplo el 4 a 1 a Racing en cancha de River, el 7 a 1 a Colón, el 6 a 2 a Chacarita, el 4 a 1 a Talleres en Córdoba, etc.

Los números de aquel equipo fueron: sobre 19 encuentros disputados hubo 13 ganados, 4 empatados y 2 caídas. 48 goles a favor, con un promedio increíble de 2,52 por encuentro, lejísimos de los demás (le sigue River con 35), y se recibieron 19 goles en contra. Se lograron de esa manera 43 puntos, dejando a Boca segundo con 40 y River 36. Silvera fue el goleador del torneo con 16 anotaciones.

Ahora bien, el equipo formaba casi de memoria, con Leonardo Díaz en el arco (refuerzo), Juan José Serrizuela de lateral derecho (refuerzo), Hernán Franco y Gabriel Milito (capitán) la dupla central, y Federico Domínguez el lateral izquierdo (refuerzo). Al medio por la derecha jugó hasta mitad de torneo Leonel “Toti” Ríos, y luego Lucas Pusineri (refuerzo), de volante central Diego Castagno Suárez (refuerzo), por la izquierda estaba Pablo “Cholo” Guiñazú, y delante de ellos un doble enganche, Federico Insúa y Daniel “Rolfi” Montenegro. Arriba como única referencia de área estuvo Andrés “Cuqui” Silvera. También actuaron en ese torneo Matías Villavicencio como central, Juan Eluchans como lateral-volante izquierdo, Raúl Damiani como lateral, Christian “Gomito” Gómez como enganche, Emanuel Rivas como delantero por afuera, y eran parte del plantel Damián Albil, Mariano Pernía, Oscar Bazán, Pablo Trecco, Pablo Cuba, etc., todos bajo la dirección técnica del inolvidable Américo Rubén “Tolo” Gallego.

Si tenemos en cuenta que se jugó con un solo delantero se podría decir que el equipo apenas atacaba, pero estaríamos lejísimos de la realidad, ya que casi hasta el arquero pisaba el área rival en este equipo. Son incontables las jugadas en que sólo dos o tres jugadores se quedaban a cuidarse de una posible contra, mientras que todo el resto ocupaba posiciones ofensivas en campo rival y con cuatro o cinco jugadores ya dentro del área.

Milito fue el capitán, líder, caudillo, y más regular de ese equipo. Se dudaba de cómo rendiría después de muchos meses de inactividad debido a su lesión ligamentaria que lo alejó de las canchas durante 2001 y el primer semestre del 2002, pero Gabriel volvió y se hizo un monstruo, convirtiéndose rápidamente en el mejor defensor del país y sería elegido ese año como integrante del equipo ideal de América. Silvera fue el otro de mayor regularidad, aportando goles y jugando de espaldas para el resto de los compañeros.

Ambos laterales eran importantísimos en ataque, asistencias, tiros libres, y goles como los hechos por “Fede” Domínguez. Castagno Suárez manejó el medio en casi todos los partidos, solito de 5 se encargó de ser el motor, relevar con gran capacidad y bancar mientras todos atacaban. Guiñazú por izquierda tuvo gran sacrificio, aportó velocidad y juego al pie, mientras que por derecha Pusineri cumplía a la perfección tanto en marca como en ataque, con goles emblemáticos.

Montenegro e Insúa eran los encargados de generar el futbol, asistir al 9, abrir a volantes y laterales en ambos lados, pegarle desde afuera. En conclusión: una maquinita de buen fútbol. Lamentablemente la alegría duró solo un semestre y no se convirtió en ciclo como solía pasar antes, la mayoría de los jugadores luego del campeonato ya pensaban más en su próximo club que el Rojo, además varios refuerzos pertenecían a grupos empresarios que manejaban sus pases a conveniencia propia. También significó para Independiente el avance de la crisis financiera por el alto costo de los contratos, por eso al pasar un año ya quedaba poco o casi nada de ese plantel, muchos de ellos hasta considerados “traidores” por el hincha (como Insúa), salvándose otros como Milito, quien llevaba cinco años en el club con infinidad de chances de irse a Europa, pero como él mismo lo había dicho: “no me quiere ir sin ser campeón con Independiente”.

Les dejo videos de todo el torneo en 3 partes:







Escrito por Hernán Gustavo Paglieri – Vicepresidente Peña Roja Daniel Bertoni – San Andrés de Giles

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