El “Negro” se vistió de Rojo



1971 – Independiente como visitante, empató por 1 a 1 con River, cuyo gol fue de Joaquín Martínez y para nosotros marcó José Omar “Pato” Pastoriza. Fue por la fecha 32 del Torneo Metropolitano de ese año, que tendría a Independiente como el campeón por segunda vez consecutiva, y lo que quiero destacar de la jornada son dos cosas.

En primer lugar, quiero contextualizar el punto obtenido, que fue de gran valía si se tiene en cuenta que el Rojo fue campeón por solamente una unidad dejando segundo a Vélez. Lógicamente hubiese sido mejor ganar, pero se trataba de una cancha difícil y un rival históricamente complicado para el club. Además, hay que tener en cuenta que River por aquellos años venía con sequía de títulos, pero siendo siempre serio competidor, lo que muestra el dato de haber sido segundo cuatro veces consecutivas entre 1968 y 1970. Por otra parte, hemos repasado varios encuentros de este Metropolitano 71, como la racha goleadora de Dante Mírcoli para ganar 3 partidos seguidos en una sola semana, o el gran triunfo de visitante sobre Vélez que era competidor directo al título de la mano de su goleador, Carlos Bianchi.

Y en segundo lugar, destacar que aquel día frente al "Millonario", debutó con la camiseta roja el volante de recuperación más ganador de nuestra historia, el segundo volante más campeón (detrás de Bochini), y uno de los máximos ganadores de Independiente y del fútbol argentino en todos los tiempos. Me refiero a “El Negro” Rubén Galván, surgido de las inferiores del club a las cuales vino desde Formosa siendo hincha.

Desde aquel día hasta su último partido, Rubén cosechó para su palmarés el Metropolitano 1971, los Nacionales 1977 y 1978, las Copas Libertadores de 1972, 1973, 1974 y 1975, las Interamericanas de 1973, 1974 y 1976, y la Intercontinental 1973, todo ello logrado en 291 partidos con 16 goles (14 en torneos locales y 2 en Libertadores) entre 1971 y 1979.

Un símbolo absoluto de guapeza, un mediocampista central de carácter único, con interminable afán de superación, entrega total, y solidaridad, sin dudas un caudillo. Tenía una buena pegada, y se convirtió en el equilibrio del Rojo ofensivo de casi toda la década, en la cual gracias a su temperamento llegó a ser capitán de aquel equipo.

Un ídolo absoluto, un futbolista notable, un ganador como realmente muy pocos, así fue Rubén Galván, que un día como hoy, comenzó a escribir la gran cantidad de páginas doradas que le dejó al libro de la historia de Independiente.

Escrito por Hernán Gustavo Paglieri – Vicepresidente Peña Roja Daniel Bertoni – San Andrés de Giles

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