El adiós al “Pato”
2004 – Fallecimiento de José Omar Pastoriza, “Pato”, de quien podemos hablar días de su vida en el club como jugador y como DT. Nadie triunfó tanto en ambas funciones en toda la historia Roja, por ello Omar está sin dudas entre las cinco personas de mayor gloria e idolatría de nuestra historia, nivel al que llega “El Bocha”, “El Chivo”, “Pepé”, y no muchos más.
Vamos a lo concreto, con los cortos puestos, ganó el Nacional 1967, los Metropolitanos 1970 y 1971, y la Libertadores 1972, con 212 partidos y 41 goles entre 1966 y 1972. Mientras que como DT del Rojo, estuvo en cinco etapas acumulando 460 partidos y coronándose en el Nacional 1977 y 1978, el Metropolitano 1983, y la Libertadores e Intercontinental 1984. Un señor con todas las letras, dentro y fuera de la cancha, y como DT siempre valoró lo humano por sobre todo, tanto en palabras como en actos, mientras algunos son grandes jugadores o cracks e incluso ídolos, “Pato” es las tres juntas, pero mucho más fue “persona” y, en consecuencia, tuvo como apodo “señor Pastoriza”, epíteto que la literatura hizo eco en manos del escritor Sacheri.
Fue un volante todoterreno, completísimo en todo aspecto: quite, marca, entrega, pegada, orden, liderazgo, talento, capacidad, etc., etc., etc. Hizo inferiores en Rosario Central, pero debutó con Colón de Santa Fe en el ascenso de 1962, luego pasó a Racing por un año donde fue parte de la campaña de 39 partidos invictos. Los dirigentes del club académico no pudieron sostenerlo, entonces “Pato” dio el paso a la vereda de enfrente, llegando al verdadero dueño de Avellaneda por 12 millones de pesos más el pase de Miguel Ángel Mori en 1966.
No tardó nada en acostumbrarse, su talento pudo con todo y se ganó al hincha como casi nadie.
Cortaba, distribuía, pateaba, todo lo hacía con notable categoría, y así pronto llegaron los títulos, primero tres a nivel local y luego, en 1972, la consagración total con la Libertadores. En aquella época Europa puso los ojos en él, y fue el Mónaco francés quien colocó una suma más que considerable para llevárselo hasta su retiro cuatro años después en 1976. Pudo haberse quedado en Independiente, pero su rol de líder en la huelga de futbolistas de aquel entonces lo hizo someterse a presiones para que dejara el país, y por eso debió marcharse cuando hubiese podido seguir sumando títulos por doquier con el Rojo, ya que era titular indiscutido y, de seguir en el club, hubiese transitado el ciclo copero más grande que haya tenido un equipo en América.
Además, fue jugador de selección en 18 partidos anotando un gol, y siendo parte del plantel en el Mundial 1966. Así fue la carrera del “Pato” como futbolista, en la que sus vueltas olímpicas se dieron todas en el Rojo, incluso llegando en 1971 a ser elegido el mejor futbolista del año en el país.
Ahora pasemos a su carrera como DT, mediante la cual el “Pato” siguió e incluso aumentó su condición de líder total, de ganador, de ídolo sin posibilidad de cuestionamientos. Apenas retirado, asume el banco de Independiente desde 1976 a 1979, logrando un gran ciclo al ganar la Interamericana 1976, el Nacional 1977 y 1978. Ese Nacional 77 fue considerado una hazaña a nivel mundial, ya que logró consagrarse campeón con solo 8 jugadores ante Talleres en Córdoba; todo Independiente y todo el fútbol nacional lo recuerdan, y por ello es meritorio de una efeméride por sí misma.
Terminó el ciclo y pasó primero por Talleres y luego por Racing (obviamente no ganó nada), se fue a Colombia y dirige Millonarios, pero para 1983 estuvo de nuevo en el banco Rojo y, lo que vendría, sería mejor que el más hermoso de los sueños. Ese mismo año ganó el Metropolitano 1983 (amerita otra efeméride el clásico ganado a Racing para despedirlos de Primera División) y al año el DT apunta de lleno al plano internacional, con un equipo maravilloso, que está considerado entre los más notables de la historia Roja y del fútbol nacional, y que es reconocido en el mundo.
Independiente ganó su séptima Copa Libertadores de América (cuya primera final en Brasil, juega uno de los mejores partidos de la historia, por lo que la prensa brasileña lo definió como “el partido perfecto que jugó Independiente”, además de recibir el aplauso de todo el público visitante, cuyo recibimiento estuvo lleno de hostilidad), pero no se conformó y salió campeón del mundo obteniendo la Copa Intercontinental 1984, frente al mejor Liverpool de la historia (marcha otra efeméride acá también). El “Pato” y todo Independiente tocó el cielo, se trató del primer enfrentamiento futbolístico entre argentinos e ingleses luego de la guerra, motivo por el cual las crónicas cuentan que por única vez en la historia argentina, todo el país olvidó su club y fue hincha de Independiente. Se trató además del primer equipo argentino en salir campeón en Tokio.
Increíblemente no se le renovó el contrato después de tanta gloria, el DT se marchó y siguió su carrera en Brasil dirigiendo a Gremio y Fluminense, pero en 1985 otra vez volvía a calzarse el buzo rojo, en una tercera etapa sin títulos, pero siendo serio competidor del torneo y logrando el tercer puesto a dos puntos del campeón Rosario Central. Se marchó nuevamente, esta vez a Boca, incluso llevándose a Marangoni y queriendo convencer (no pudo) al “Bocha”. No tuvo logros en la Rivera y sufrió al Rojo que le ganó siempre. Por eso, rápidamente en 1990, por cuarta vez se convierte en DT de Independiente. Fue hasta 1991, sin lograr éxitos. De allí al Atlético de Madrid, Talleres, Bolívar, Argentinos Juniors, Selección de El Salvador, Talleres otra vez, Selección de Venezuela (donde lo consideran ídolo y hacedor del cambio de mentalidad del fútbol en todo el país, para lograr el crecimiento que manifiesta hasta hoy en día esa nación), Chacarita, Talleres una vez más, y así llegamos al 2004 cuando por quinta vez asume en Independiente.
Lamentablemente, en pleno ejercicio de sus funciones y a los 62 años de edad, el “Pato” dejaría este mundo un día como hoy de aquel año 2004, a causa de un paro cardíaco en su departamento.
Lo lloró Independiente, cuyo vestuario del estadio lleva hoy su nombre, lo lloró el fútbol, lo lloraron compañeros, rivales y todos los que tuvieron el honor de conocer a este hombre con todas las letras, a este señor, un ser humano magnífico plagado de códigos, que siempre pensó en los demás, que ganó 4 títulos en el Rojo y que no quería irse luego de aquella Libertadores 72, pero como él mismo dijo, por ser cara visible de la huelga de la época, la dictadura militar lo obligó a abandonar el país, y no tuvo opción. Imaginen que el “Pato” hubiese jugado en el Rojo hasta su retiro… ¿Cuantos títulos más podría sumar a los que tuvo?
Se marchó físicamente ese 2 de agosto el “Señor Pastoriza”, vistiendo el buzo de Independiente como debía ser, y habiendo ya marcado a fuego a todo el verdadero hincha del Rojo para hacer que su historia como jugador y legado como DT sea contado y mostrado a todas las generaciones a través de los años. Gracias “Pato” querido, gracias eternas, no hay bandera que me guste más en todo el estadio que la tuya.
Tratemos de que vean lo mejor de él, les aseguro que nada tiene desperdicio y que todo es poco: el primer video es de un gol notable a River en 1967, en el que pueden ver cómo entraba al área el “Pato”, y su categoría para definir (1:48 minutos). El segundo es un maravillo gol de tiro libre a Vélez en el Metro 71 en el que Independiente fue campeón (0:24 minutos). El tercero es un doblete del “Pato” a Atlanta, también del Metro 71. Hay más de su trayectoria de jugador pero pasamos al Pato DT y, para ello, dejo el video de su más exitoso momento: el Independiente 83-84. Y por último un video repaso de toda su carrera.
Escrito por Hernán Gustavo Paglieri – Vicepresidente Peña Roja Daniel Bertoni – San Andrés de Giles
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