No debemos
El fútbol no es sólo fútbol. Uno se estaría equivocando si, en semejante partido, no vuelve a leer sobre el empate de Bochini en plena dictadura o la bandera que propuso Sócrates en la Democracia Corinthiana. Después, está de por medio, una Copa Libertadores, de la cual Independiente pende de un hilo. Pero ojo, no debemos.
No debemos dejar de admirar cada vez que Campaña levanta las manos al cielo, indicando que tiene las manos limpias. Tampoco debemos sorprendernos con la complejidad que conlleva ganarle a un equipo brasilero. Las férreas y dobles líneas de cuatro que proponía el visitante eran el muro de contención ante un Benítez algo confuso y un Silvio Romero algo perdido. Pero no debemos detenernos ahí.
Poco pasó en la primera parte. Gaibor se acomodaba, de apoco, en el partido y mostraba alguna linda jugadita. En el complemento, la cosa siguió igual. El Rojo iba en busca de un triunfo que lo posicione primero en el grupo. Sin embargo, se iba a encontrar con cosas que no debemos dejar de pensar. Toda la semana fue dura, demasiado. Los medios vapulearon al Rojo y a Penel por la victoria ante Boca. Y para muchos, aunque para nosotros no, el fútbol es un negocio, redondo. Y no debemos dejar de pensar que haber metido en un laberinto, al equipo que más mueve, y lo hacen mover, trae consecuencias desagradables.
Porque no es demasiado positivo cambiar limones por ejercicios militares, y no es lo mismo que la barrera se adelante dos metros al spray y el juez grite -Patea igual-. No debemos dejar de analizar que el penal fue un penalazo y que Romero estaba demasiado habilitado como para que le anulen el gol. Tampoco debemos analizar que, como dijo Domingo, cada vez que a Independiente lo dirige una terna uruguaya, le va mal. Sin mencionar que no te dejan entrar banderas, te sancionan si hacés el saludo, te dirigen de mala manera y te prenden bengalas en tu cancha. Sin embargo, tampoco debemos detenernos exclusivamente en estas situaciones.
El gol de los visitantes liquidó todas las expectativas. Como dije con antelación, el fútbol no es sólo fútbol. Consigo lleva responsabilidades sociales, deportivas, institucionales y políticas. Dentro de todo eso, hay un juego, en el que el Rojo debe mejorar, si quiere pasar de ronda. Como siempre, debemos ir a Colombia y a Brasil, levantando las manos para indicar que este plantel las tiene limpias. Vaya al frente, Independiente.
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