Disculpen la demora

-Disculpe la demora, estamos trabajando para usted- Rezaba el cartel que cortaba la calle. Obstáculo por el cual, el 98 se tenía que desviar de su camino habitual, que de por sí, ya es bastante enquilombado. Pa´colmo, llegué a casa y tuve que esperar a un pibe que iba por primera vez al LDA, algo arriesgado para mi experiencia cabalera. Con lo justo, emprendíamos la marcha.

LLegamos algo demorados al Libertadores De América para ver ganar a Independiente por la Copa Libertadores De América. Pasamos por el medio de los visitantes, que lucían unas camisetas azules, muy euripeizadas. -Acá somos pollo- susurró mi amigo. A lo que yo respondí -Nada te puede hacer una hinchada que tiene como ídolo a Maluma. Me hacen acordar a- Y miré para mi izquierda, a aquel estadio.

Me senté e Independiente ya levantaba las manos por primera vez, de local, en la copa. Me acordé que mi abuelo hubiese cumplido 93. Lo acaricie con el alma, al igual que al Negro, cuando se cumplió el minuto de silencio. Mientras uno más entiende, más se emociona.

El partido iba a ser medio chato, por no sacar esa A y ponerle la O. Los morochos de ellos eran bastante grandotes, pero lo suficientemente débiles para Bustos y Sánchez Miño. A los 23', tras un gran pase de Bustos, Benítez la paró, pensó y la pusó contra el palo izquierdo. Gol. Gol de Independiente. Lo hizo Benítez. Benítez y Galván. También Bustos. Arriba los nuestros.

Aunque el equipo fana de maluma no llegó mucho, al Rojo le costó definir el match. En el segundo tiempo el equipo de Holan fundió motor. Cortando clavos, el juez pitó el final e Independiente logró su primera victoria en La Copa Libertadores. Una victoria para la hinchada, para Galván y, quizás, también para mi abuelo. Salí del estadio y analizando la tan ansiada victoria, observé un cartel, imaginario o no, que rezaba -Buen provecho, yo se que estaban impacientes, y disculpen la demora, atentamente, Independiente-