Todo Chino





Tilcara, 6 de agosto. Las vacaciones me jugaron una mala pasada porque me ocuparon dos partidos de Independiente, lejos de los míos y eso me hace mal. Porque estoy solo acá, y de día está todo bárbaro pero de noche, cuando los duendes de Jujuy salen a custodiar la zona, todo se pone algo melancólico. Sobre todo si juega el Rojo y lo tengo lejos a mi viejo.

Las redes sociales y las video llamadas no pueden ocupar el rol del contacto físico. Así como también la tecnología te puede cagar la vida, por ejemplo, en el gol de Chávez.

El primer tiempo me ocupó una birra y una milanesa de Llama. Y todas las uñas de los dedos que luego volvieron a ser limadas cuando Benítez se mandó uno de los peores errores de su carrera futbolística. Nunca lo vi erran tanto. Pero es humano, y le puede pasar.

Cuando los duendes ya me caían mal, la distancia con mi viejo me pegaba en la oreja y la derrota se nos reía en la cara, Independiente volvió a meter la cola. Como ese chico travieso que te roba un caramelo y se te ríe.

Guapo, yendo para adelante como una locomotora, con ganas de patearle la mandíbula al resultado. Ahí fue nomá. En una ráfaga, dos del Chino y a la bolsa.

Se me pusieron medio vidriosos los ojos cuando veía a toda la gente saltando y festejando. Hay que ir a la altura pero sabiendo que somos los dueños del continente.

Además, ya a esa altura voy a estar de vuelta, y les aseguro que con mi viejo, o ustedes con sus familiares, nosotros, todos juntos, somos imparables, como el sentimiento de Independiente. Por eso, desde Tilcara digo, Gracias Rojito, gracias Chinito.

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