Un hermosa siesta


Hay varias teorías sobre dormir la siesta. Algunas, conservadoras, sostienen que hace mal. Otras, más populares, afirman que es como nacer de nuevo. Hasta el mismísimo Charly García decía que "dormir la siesta era como morir en cuotas". Ustedes pensarán, ¿y esto que tiene que ver con la goleada del Rojo? Señoras y señores, les paso a comentar y defender mi humilde tesis.

Clasificamos tres tipos de siesta. La primera, y solo accesible a profesionales, la famosa de "me tiro 15 minutos". Casi imposible. La segunda, la de mayor duración, mínimo, dos horas, con consecuencias malignas para el organismo, como embotamiento mental, marca de almohada y deficiencia motriz. Y la última y más saludable, la media horita. Compacta, necesaria y de gran utilidad para levantarse mejor que nunca.

Me levanté de esa media hora de descanso y enfilé para el Libertadores De América. Uno siempre está contento cuando ve a Independiente jugar una copa, es como llegar a casa y ver a la familia unida o que el perro te reciba siempre con esa sonrisa eterna.

Los goles y los minutos del partido fueron pasando. El encuentro culminó con un contundente resultado a favor del mejor equipo de la historia del fútbol. Con mi amigo el Negro nos quedamos conversando de boquilla sobre dormir o no la siesta.

Y pensamos, en una heroica reflexión de un miércoles por la noche, sobre el match, que ojalá que lo que venimos viendo hasta acá haya sido una buena y merecida siesta. Que hayan sido 30 minutos de descanso para levantarse y ver lo que vimos contra Binacional.

Quien sabe, quizás, después de levantarse, nos regalen la mejor de las sonrisas. Esta noche lo hicieron, jugando, tocando, corriendo y divirtiendo. Contentos, como nos reciben los perros, con una sonrisa de oreja a oreja nos fuimos todos el Libertadores De América. Como recién levantados de una hermosa siesta.

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