Ganar con y por la memoria




Ganó Independiente, y creo que ganó bien. Fueron muy gritados los goles de Romero y de Pérez. Holan se mostró con mucha tranquilidad a la hora de hablar. Siempre es lindo ganar, pero hay maneras que lo hacen mucho mejor, y hacerlo con y por la memoria, es una de esas formas que le da un propósito de excelencia a la causa. 

Porque alguien sin memoria es alguien que no es y que no fue. Pero todos, somos, fuimos y seremos. Cuanto hubiese dolido que una institución que, gracias a una pared entre Bochini y Bertoni, venció a la más oscuras de las dictaduras de este país.

En realidad, el local arrancó ganando el encuentro, porque la memoria ya había salido a la cancha, después, deportivamente, Vélez presionó la salida de Bustos y en los pies de Fernández encontró su gol. En el complemento, el Rojo lo dio vuelta con un esperado gol de Silvio Romero, quien se lo gritó con bronca a así mismo, y luego, Pérez, de zurda puso el resultado.

En el ocaso que alberga una cancha de fútbol cuando todos se retiran, en este caso, en el LDA, quedó guardada la memoria de los goles de Silvio y de Pablo, la vida de Miguel Sánchez y de todos los 30 mil desaparecidos, la verdad y la justicia y el honor de los caídos de Malvinas.

Así, como entendiendo de manera perfecta qué cosas son del bien y qué cosas son del mal, Nerina Rosende, colega y amiga, me dijo: "Cuando decimos Memoria, Verdad y Justicia es porque en ese trípode se apoya el Nunca Más. Para no olvidarnos, apenas bajabas por Alsina estaban las pancartas; para desterrar la mentira estaba la historia de Raimundo Villaflor. Para que se haga Justicia, estábamos todos nosotros por los 30.000 desaparecidos. Adentro del Libertadores de América, el himno y el silencio por los caídos en Malvinas. Adentro, los gritos de gol y los abrazos de triunfo. Hay que ser más que un club de fútbol. Independiente lo es"

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