Controlar la temperatura


Casi siempre cuando Independiente no gana, uno, o mejor dicho, mi amigo el gordo y yo, solemos silenciar nuestra conversación y postergarla hasta que nos sentamos en alguna pizzería perdida, lugar en la cual daremos paso a encontrar el porque del truncado triunfo.

Luego de la segunda porción  mi amigo el gordo, me trataba de explicar que todo era un problema de temperatura. Que hoy su auto se había muerto por eso y que Independiente se quedó sin patas por eso. Pero ojo, también me explicó, señalando una porción en la cual la muzzarella había quedado en la mitad, que el equipo quedaba partido como esa pizza y que quedaba un buraco tremendo, insoportable

Con los famosos costos de la pizza sentenció que Domingo lo mató en el pase a Cerutti y que luego vino el gol de Talleres. Que la calor juega para los dos y que justamente hay que saber y medir la temperatura para hacer el desgaste o guardarse.

Yo callaba y lo miraba a él, que con mucha tensión, me mostraba el mapa de calor y los centros de Independiente. Que ninguno llegaba a la parte roja, que ese último pase no estaba.

Por último, el gordo me dijo que las altas temperaturas pueden quemar feo, que hay que tener cuidado, que escuchó algunos silbidos de las tribunas y que el triunfo no se puede seguir dilatando, como la panza del gordo que se había comido media pizza, Independiente se comió dos puntos de local y se quedó con un empate feo, caluroso y pegajoso, como esta temperatura.

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