Sufre los penales



 

Independiente empató, sin goles, frente a Tigre, en un partido mal jugado, sin muchas llegadas a los arcos. Verón falló el tercer penal consecutivo del equipo en este semestre, y continúa la mala racha en estas ejecuciones.

El equipo alternativo de Ariel Holan, según se esperaba, no comenzó el partido de la mejor manera, ya que, sin hacer demasiado, el Matador, le dominaba el desarrollo del juego. Con muchos problemas defensivos, en una línea de 4, con Asís por derecha y Brítez por izquierda, pero los inconvenientes, sorpresivamente llegaron de los pies de Franco, que se mostró muy impreciso.

En el arco debutó Milton Álvarez, que tuvo una buena primera etapa, con dos tapadas muy buenas. La primera al Marciano Ortíz, con mucha seguridad.

A los 21 minutos, recién, fue cuando el Diablo intentó lastimar, con buenos pases profundos de Gaibor, habilitando a Gigliotti, para que remate y tapara Augusto Batalla. De esa jugada vinieron una serie de pelotazos, y uno de éllos cayó en los pies de "Guante", que cuando se disponía a controlar, fue embestido por Caire, con un planchazo para que Rapallini cobrara penal.

Quien se hizo cargo de la pena máxima fue Gonzalo Verón, que siguió con la maldición que aqueja al equipo y erró su disparo. Remató a media altura, a la izquierda del arquero, que adivinó la intención.

Minutos más tarde, tuvo otra chance muy clara, tras un centro, que cabeceó Asís, y volvió a tapar el ex River.

La mala noticia para Holan fue la salida de Gaibor del terreno de juego, muy dolorido tras aquella infracción que precedió al penal.

En el complemento, se dio un trámite aburrido, sin llegadas a los arcos, con mucha fricción y muy poco fútbol.

La única jugada de riesgo para el local fue un tiro de 25 metros de Sánchez Miño, mientras que por el lado de los dirigidos por Blengio, un tiro débil del Chino Luna, que controló sin problemas el ex portero de Morón, que tuvo un debut prometedor.

La defensa mejoró mucho en la etapa final, con un Franco más asentado. Barreto también estuvo firme, sin sobresaltos.

En el mediocampo jugó con mucha presencia el ingresado Domingo. No del mismo modo Benavídez, quien sigue mostrándose inconexo.

El déficit mayor estuvo en los extremos. Ni Verón ni Cerutti estuvieron a la altura de las expectativas.

El Puma Gigliotti luchó cada pelota con mucho entusiasmo, pero no pudo culminar ninguna de buena manera.

Los cambios, a falta de 20 minutos, no hicieron la diferencia. Ninguno de los dos Romero pudo pesar en ataque.

Las fallas no estuvieron en la planificación, ya que, de haber un ganador debió haber sido Independiente. Los intérpretes no tuvieron su mejor tarde. Ahora a enfocar los cañones en el encuentro ante River, el más importante de los últimos 20 años.

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