Qué me van a hablar de amor



-Cómo la amé, por Dios. Como la fui a perder, Dios mío. Cómo la dejé ir, será de Dios- soltaba el Flaco que no podía largar a Dios de su boca debido a que lo había nombrado toda la semana para pedirle un gol del Puma Gigliotti contra Lara. -¿A quién perdiste Flaco? ¿Te dejó tu jermu? ¡Hablá y dejate de hacerte  el Sherlock Holmes- le respondí. El Flaco se bajó del auto, cerró la puerta y finalizó – A la camiseta de Independiente con la publi de Mita, pela. La puta que los parió, se ve que mi vieja la puso a lavar y andá a saber a dónde fue a parar- y nos fuimos caminando por Alsina al lugar más lindo de todos.

Increíblemente, mi labor periodística me tenía atrapado en cubrir toda la información de Deportivo Lara. - ¿A quién se lo ocurrió mandarme a cubrir a este equipo cuando el Rojo se juega la clasificación a octavos?- pensaba. En una de esas, y mientras yo trataba de memorizar los apellidos compuestos de los once venezolanos, salió Independiente caminando hacia el círculo central. Con una camisa. Con una camisa, sí. Y levantó las manos, imponente, a toda su gente que se rompía las palmas aplaudiendo a un equipo que enamora, desde el juego, desde la actitud y desde la identidad.

El relator me preguntaba cuanto medía el zaguero de ellos. Que se yo, qué le va a importar a la gente cuánto mide ese morocho al que Benítez le pegó un peludo bárbaro y que parece tener las piernas cruzadas. Pero bue, el laburo es el laburo. -1.80, señor relator- respondí con el Motorola en la mano derecha, temblando de las ansias de que moje el Puma.

El partido fue anecdótico. Reventamos dos veces el travesaño. Benítez la mandó a guardar desde un saque de esquina. Meza recibió mimos de todos lados, Gigliotti recibió de espaldas y le voló el arco al portero de Barquisimeto, y además, cumplió el pedido del Flaco hacia Dios. Independiente ganó y se metió en octavos.

Después de la transmi, lo fui a buscar al flaco. Me abrazó y nos fuimos al auto hablando sobre lo que juega Benítez y porqué Sánchez Miño es suplente de Silva. El Flaco bajó la ventanilla como queriendo encontrar otro tema de conversación en el viento, y me dijo –Cuchame, Pela. Vos, cuando yo te hablé de ese amor que perdí, lo asociaste con una mujer. Después te quejás porque te mandan a cubrir a Lara. ¿A quién se le ocurre hablar del amor de una mujer o de un tipo a 15 minutos de clasificar a octavos de final de la Copa Libertadores? ¿Sos o te hacés? Ese es el verdadero amor, con el que nacés y te morís. No lo cambiás nunca, papá. Te peleas un finde porque lo ves perder pero al siguiente, lo amás con más fuerza que antes, y le perdonás todo. ¿O alguna vez dejaste a gamba al Rojo ? Y encima es la Libertadores, Pelado. Dejate de joder, ¿Qué me van a hablar de amor, si yo soy hincha de Independiente? Dios mío- finalizó el flaco ya, en octavos de final.

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