Mi amigo Necesito



Generalmente, cuando veo a Independiente, no necesito nada más. Pero, siempre hay excepciones y, cuando aparece mi viejo amigo Necesito, es porque algo está mal. Por eso no me gusta ver los partidos con él. Porque no trae buenas nuevas aunque siempre sostiene que viene a enseñar que se aprende en las malas y no en las buenas y que en muchas ocasiones se necesitan un par de tropezones para volver a encarrilarse.

Pero como digo, nunca me cayó del todo bien mi amigo Necesito. Yo sé que lo tengo de amigo porque por él aprendí muchas cosas. Un aprende como Campaña aprendió a realizar el saludo con las manos al cielo. Uno aprende más sobre el autismo cuando ve a los futbolistas salir con una camiseta que representa dicho síndrome. Independiente ya estaba en la cancha y, hasta aquel fugaz momento, no necesité nada más.

Pero como digo, reflexiono y sostengo sin que se me muevan los labios, fue hasta ese momento. Después, necesité muchas cosas. Necesité que Benítez, en el complemento, se mueva más,necesité que Meza recupere rápido el ritmo, que dejen de hacer bailar a Bustos y que no dejen tan solo a Alan Franco.

También necesité que todos se contagien de Sánchez Miño, que Gaibor haga gala de su pegada o de algo. Que Romero sea el de Lanús, que Menéndez el de Talleres y que Holan el de la Sudamericana. Necesitaba demasiadas cosas como para que 45 minutos alcancen. Lo que no necesitaba, es que el gran portero uruguayo se ponga a jugar al voley y Defensa se ponga 1 a 0 arriba. Hasta a los enormes alcanza mi amigo Necesito.

Necesitábamos jugar dos días más, mas o menos. Pero sobre todas las cosas, quizás, digo nomás, necesitábamos la derrota para darnos cuenta lo que anda pasando. Porque perder está dentro de las posibilidades, sino no sería un juego. Pero la silbatina (Luego de 2 años) de la gente de Independiente, no se hizo presente por la derrota, sino que se hizo presente porque necesitamos, todos, que vuelva aquel equipo que tenía compromiso, actitud e intensidad.

Aún en la derrota, el hincha de Independiente necesita jugar bien a la pelota, porque sino, para la gente del Rojo, el fútbol no tiene sentido, y menos el resultado. Sí el juego, que esta noche no se hizo presente el lunes en Avellaneda. Un lunes demoledor, en el cual mi amigo necesito apareció para que aprendamos un vez más y no se nos haga tarde.

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